El domingo pasado el sobrino de un amigo mío hizo la comunión.
¿Que bonita fiesta religiosa no?
Para todos, menos para los padres, que cuando debieron pagar la factura del banquete seguro que pensaron: "Hay que hacerse budistas". Que eso debe de ser, poco menos, como cambiarse de operadora de telefonía: Envía un fax compulsado con tu puño y letra a tal número, un SMS al 7773 con las palabras “Pecador abandona”, envía una fotocopia de tu DNI, preséntate en la oficina más cercana, unta el dedo con tinta china e impregna tu huella digital en esta casilla...
¡Anda ya! ¡Que cojones! Dejo de pagar y verás que rápido me dan de baja ellos mismos.
Así que ya sabéis si queréis convertiros a otra religión, dejáis de pagar el cepillo y la propina al cura y verás que rápido te excomulgan.
Por otro lado, suerte que antes de la primera comunión dan algunas clases de formación previas, sino imaginaros el panorama, a cualquiera le dicen que le van a dar una hostia y lo primero que hace en la iglesia, es ponerse en posición de defensa y subidón de adrenalina que te crío.
Tendríais que haber visto la cara del chabalín en cuestión. Yo creo que veía regalos andando a su alrededor más que invitados al festín. Bueno supongo que es lo típico que todos hemos hecho: “Por el interés te quiero Andrés”. Lo que pasa que los de nuestros tiempos, en vez de regalarnos PSP, Cámaras Digitales, PDA’s, móviles y demás sucedáneos… nos premiaban la tan gran gesta religiosa con la típica y roñosa cámara Kodak, si esa que era ancha y se abría por los extremos mostrándote el visor justo en medio, luego como podías buscabas el pulsador para hacer el “Click” y ya sabías que habías conseguido echar una foto borrosa. Además este, debía de tratarse de un regalo bastante habitual, a mi me llegaron a regalar la misma cámara hasta tres invitados distintos, ¡que falta de coordinación e imaginación! Con lo que me hubiera gustado que me regalaran una playstation o una nintendo.
Si tú eres de esos que te regalaron una Polaroid instantánea que revelaba las fotografías al momento, ¡enhorabuena! está claro que estás en otro nivel.
¿Que bonita fiesta religiosa no?
Para todos, menos para los padres, que cuando debieron pagar la factura del banquete seguro que pensaron: "Hay que hacerse budistas". Que eso debe de ser, poco menos, como cambiarse de operadora de telefonía: Envía un fax compulsado con tu puño y letra a tal número, un SMS al 7773 con las palabras “Pecador abandona”, envía una fotocopia de tu DNI, preséntate en la oficina más cercana, unta el dedo con tinta china e impregna tu huella digital en esta casilla...
¡Anda ya! ¡Que cojones! Dejo de pagar y verás que rápido me dan de baja ellos mismos.
Así que ya sabéis si queréis convertiros a otra religión, dejáis de pagar el cepillo y la propina al cura y verás que rápido te excomulgan.
Por otro lado, suerte que antes de la primera comunión dan algunas clases de formación previas, sino imaginaros el panorama, a cualquiera le dicen que le van a dar una hostia y lo primero que hace en la iglesia, es ponerse en posición de defensa y subidón de adrenalina que te crío.
Tendríais que haber visto la cara del chabalín en cuestión. Yo creo que veía regalos andando a su alrededor más que invitados al festín. Bueno supongo que es lo típico que todos hemos hecho: “Por el interés te quiero Andrés”. Lo que pasa que los de nuestros tiempos, en vez de regalarnos PSP, Cámaras Digitales, PDA’s, móviles y demás sucedáneos… nos premiaban la tan gran gesta religiosa con la típica y roñosa cámara Kodak, si esa que era ancha y se abría por los extremos mostrándote el visor justo en medio, luego como podías buscabas el pulsador para hacer el “Click” y ya sabías que habías conseguido echar una foto borrosa. Además este, debía de tratarse de un regalo bastante habitual, a mi me llegaron a regalar la misma cámara hasta tres invitados distintos, ¡que falta de coordinación e imaginación! Con lo que me hubiera gustado que me regalaran una playstation o una nintendo.
Si tú eres de esos que te regalaron una Polaroid instantánea que revelaba las fotografías al momento, ¡enhorabuena! está claro que estás en otro nivel.
De todos modos, hoy en día, tampoco está claro que regalar, que tal como va la juventud, yo creo que acertaríamos más regalando una caja de preservativos que cualquier otra cosa, y si te apura e incomoda la situación, para darle un toque más infantil y apropiado, una caja de esos que son de sabor a fresa, vainilla y frutas del bosque. Eso estaría bien. “Un regalo educacional y didáctico” que diría mi abuela.
Aunque para regalos de abuela, el regalo que sí que nunca faltaba, el libro gordo de Petete. Esa Biblia de mármol blanco y hojas plastificadas, que dentro guardaba todo un montaje de fotos y frases épicas a modo de diario personal.
Me parece que eso no lo venden ya ni en los chinos de todo a cien, ¡que ya es decir!, porque mira que tienen de todo los tíos, lo que se vende y lo que ni cogerías gratis del suelo de encontrártelo tirado en la calle, “aunque por un euro que quieres, que encima ¿sea bonito y funcione?”
Imagino que ahora, el libro tendrá un formato electrónico y digitalizado, te darán un CD o DVD con una presentación de tus fotos con algo de texto sobrepuesto, una canción bonita sonando de fondo y arreando, que es gerundio, 60 euros rápidos por el montaje, así de simple. Eso si, luego puedes adjuntarlo en el correo y enviar la presentación a todos tus contactos y conocidos como una cadena de esas bochornosas, con un final como:
“Si no envías este correo, al menos a 10 personas distintas, y me haces un buen regalo para Mi primera comunión en menos de 24 horas, te caerá encima una maldición de mala suerte para 40 años, y de regalo con el pack promocional: un mal de amores para 20 años más extras”.
Desde aquí y aprovechando el tema, lanzo ahora un mensaje importante. Los padres que nos hagan un favor; abrir una cuenta corriente en cualquier Caja o Banco, que ingresaremos el dinero de regalo ipsofacto para evitarnos dolores de cabeza y maldiciones innecesarias. Gracias por la comprensión.
Luego estaba la cuestión del traje, eso si que era bueno. O te disfrazaban de marine norteamericano o te ponían un traje combinado de colores surtidos. La cruel moda de los 80, ya sabéis.
No es de extrañar que luego los críos damnificados por el ridículo ocasionado, pidieran sus regalos y el dinero, desde ese punto de vista, bien merecido y ganado debo añadir.
En el fondo por eso, la iglesia es inteligente y sabia, nos prepara con una primera comunión traumática, para el momento realmente importante, la segunda comunión, no menos traumática en la mayoría de los casos. Pero esas son ya otras hostias sagradas.
1 comentario:
matizaría algún aspecto sobre este tema de la "primera comunión", más que los regalos o el coste económico que supone, diría que es un desengaño, de los cuales los niños se llevan muchos en su infancia...
se podría comparar con lo de los "reyes magos", o "papa noel", cuando descubres, que son los "padres" (los que mantienen la creencia), o que simplemente, no existe(n).
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